Angela, directora del distrito regional, ve a Reginald como un insulto. Los vampiros posmodernos parecen modelos de pasarela, hermosos en todos los aspectos. Reginald no se ajusta a la imagen actual. Se culpa a Maurice por el error que cometió y Angela tiene la intención de quemarlo vivo. Pero entonces Reginald, empoderado por su primera comida, corre al rescate. Reginald descubre un poder secreto en el camino.