Llegan a Springfield unos nuevos vecinos: Ruth Powers y su hija Laura, que se instalan en la casa de al lado de la residencia de los Simpson. Bart se enamora de Laura, que es bastante más mayor que él. Mientras, Homer se toma al pie de la letra el eslogan «Todo lo que pueda comer» del restaurante «El Holandés Frito», lo que le hará tener problemas con el dueño.