El detective John Kennex y Dorian responden a una muerte sospechosa en un hospital donde – antes de tener un paro cardíaco fatal – un hombre afirmó que alguien estaba tratando de matarlo, e inexplicablemente conocía la hora exacta de su muerte. A medida que la investigación avanza, descubren un mercado negro de órganos en el que los corazones biomecánicos pueden ser revendidos y remotamente «apagados». Mientras el equipo lucha contra esta delincuencia tecnológica del siglo XXI, Dorian se reencuentra con un DRN desmantelado.