Johnny tiene la certeza de que la enfermera Allison será la próxima víctima del estrangulador de Bangor y pide ayuda a Bruce, su terapeuta y amigo, para poder evitar el crimen. Más tarde se encuentra con Walt, el sheriff, que se siente incómodo con el retorno de Johnny. De todas formas, Walt le permite tocar una de las pruebas y Johnny consigue entrar dentro de la mente del asesino. Horrorizado, descubre que es lo que se siente cuando se mata a alguien.