Hank, un amigo de Earl, es detenido por atracar una destilería con una ballesta y condenado a 20 años. Éste ve el momento oportuno para darle un buen día, en compensación por un muy mal rato que le hizo pasar en su cumpleaños. Sólo tendrá que llevarle a Hank el periódico local, unas rosquillas de Yummis’ del día y a su abuela. Parece fácil, pero no será así. Randy, por otra parte, decide empezar a trabajar para dejar de depender de su hermano.