Tras ser condenado a dos años al autoinculparse del delito cometido por Joy, Earl afronta su vida en la cárcel como puede. Siguiendo los consejos de su amigo Sonny procura «ser invisible» y no llamar mucho la atención, pero el plan se vendrá abajo cuando el karma vuelva a requerirle. Sus amigos no lo pasan mejor: Randy no se habitúa a su nueva vida sin Earl, mientras que Joy busca la forma de compensar a su ex-marido para no deberle nada.