Cuando, para enmendar otra mala acción Earl consigue una camioneta ranchera para regalar a Randy en su cumpleaños, sufre el robo de la misma en un abrir y cerrar de ojos. Los delincuentes de Camden, que ya no le consideran de los suyos desde que comenzó con su lista, le han despojado de la inmunidad de la que disfrutaba entonces, y éste, desesperado por recuperar el regalo para su hermano decide denunciar el robo a la policía. Mala idea, pues sufrirá el acoso de sus antiguos «compañeros de profesión», a los que no les hacen gracia los chivatos.